Hoy es uno de esos días en los que quedarte en la cama por toda la eternidad te parece la mejor opción. Encerrarte en tu habitación, bajar la persiana y taparte hasta arriba.
Me he pasado el día completamente deprimida, pensando: Vaya mierda Judith, estamos jodidas.
Por más que quisiera hacer aquello que deseo, no podría, es como si las cadenas ni siquiera me dejaran asomarme a la ventana. Como si cada movimiento que doy, las cadenas me preguntaran porqué lo hago y hacia donde las voy a llevar. Así, que para no llevarlas a rastras, decido no moverme.
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